La verdad oculta



Para el reto de Variétés , texto en collage.

Ginebra Blonde

Imagen de Waldemar Strempler




Sonrisa, siempre sonrisa, una y otra vez, madre me lo repetía

—Has de ser una buena señorita, atenta a tus modales, dulce y complaciente.

Lo intentaba, no solo por madre, sino porque su requerimiento coincidía con el papel que la sociedad otorgaba a la mujer.

—¡No seas salvaje, te comportas como un chico !

No acababa de entender el problema, pero veía al resto de mis amigas, que se amoldaban en mayor o menor medida al estereotipo marcado y yo quería ser como el resto.

Así que claudiqué, como lo hicieron generaciones de mujeres que me precedieron, como lo hacían mis coetáneas y como lo harían las generaciones venideras.

Mientras me adaptaba a esa vida femenina, al saber estar, la fragilidad y la búsqueda del amor que mi sexo determinaba, una y otra vez cual eco me resonaban:

Mujer nací mas no quise

en cautiva me volví,

del varón la envidia ví,

ya que vida dar ansiaba.

A dar el fruto renuncio

y mis cadenas libero,

por un sueño venidero

que el miedo ya no traba.

A pesar de mi melodioso subconsciente, viví la vida que se esperaba.

Me casé y tuve hijos y me dediqué a ellos, replegué mis alas y volé al cobijo de las de mi compañero.

Tuve momentos felices, desdichas, amor y desamor, tantos como la vida decide darnos.

Y en determinados momentos, en que el floral paisaje se resquebrajaba y esos versos volvían a sonar, surgía con rabia mi verdadero sentir ante lo impuesto y lo aceptado. Hasta que era retornada a la complacencia social por el devenir diario.

Los años pasan y la sociedad cambia, ahora hay movimientos feministas en auge, se hablan de cupos, de igualdad, como siempre hay voces discordantes, algunas apelan a la misma lógica del feminismo y desde aquí les lanzo mi reflexión :

No creo en la innata bondad de la mujer, ni en la maldad del hombre, pero si en que existe el dominio del fuerte sobre el débil y en la dualidad de la naturaleza humana, en lo difícil que es cambiar una cultura machista, tanto en hombre como mujer, que como padres tu desvelo cuando tus hijos salen es doble si es mujer, en que incluso en una época de progreso, seguimos definidas por estereotipos cuando oigo que ser mujer es que te guste llevar falda, que tenemos que elegir muchas veces entre ser madre o tener carrera profesional cuando esa elección, casi siempre cae en el mismo lado y que dar vida, es un regalo que nos han dado con hermosas ataduras.

Desde la sabiduría que otorga el último tramo de la vida, deseo un verdadero cambio para mis nietos aún sabiendo la improbabilidad de ello, pues soy conocedora de nuestra naturaleza y que difícilmente aceptaremos en igualdad al diferente, ya sea en sexo, etnia o pensamiento.













Comentarios

  1. Qué magnífica aportación, Lulita.
    Un tema de actualidad con muchas aristas.
    Ojalá algún día ya no se den esas verdades ocultas. Desgraciadamente, la sociedad aún arrastra demasiados lastres, para poder ser y actuar en plena libertad y desnudez de la propia esencia; pero estamos en el camino; nos tendieron muchos puentes que, ahora, debemos seguir construyendo.

    Un verdadero placer, querida amiga.
    Muy buena tu inspiración con la elección del collage y el tema que nos has traído.

    Un abrazo grande, y muy feliz mes 💙

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    1. Muchas gracias Ginebra, me alegra haber visitado con más continuación tu blog. Un abrazo!

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  2. Interesantes reflexiones, sobre estereotipos y de rebeliones., de ir buscando el camino deseado. Saludos.

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  3. La búsqueda del camino ansiado siempre ha sido una ardua lucha, y aún más tratándose de una mujer. Hay mucho por andar todavía en las desigualdades, y desgraciadamente parece que cuanto más camino se anda, más queda por andar! Poético como siempre tu texto amiga, y gracias por hacernos reflexionar con él! Un abrazote Lulita!

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    1. Gracias como siempre amiga! Al menos nuestros caminos se cruzan en la escritura. Un besote!

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  4. Un bello texto, a la sociedad le falta avanzar en algunas cosas y quizás en otras nos excedemos... Se trata de respetarnos todos y no caer en extremos que invaliden movimientos que puedan ser interesantes.

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