El sueño del tintero
Para el Tintero del Oro y Vadereto He vuelto a escribir, las ideas fluyen mientras mi mano las plasma en el papel, pero nunca antes me había sentido así. Nunca había sentido el éxtasis de la creación. Soy capaz de sentir el dolor que escribo mientras mis lágrimas caen sobre la hoja. En mi estómago se forma el mariposeo del flirteo inicial que a medida que desarrollo la relación de los personajes, acaba en un torrente de pasión que me lleva al clímax. Hasta río a carcajadas cuando describo el momento más cómico. El teléfono no para de sonar, pero no puedo ni quiero parar. Empiezo a sentir el miedo del protagonista, mis dedos se paralizan, el corazón se me desboca, no puedo respirar bien, tengo temblores y sudo. Intento llegar al teléfono que sigue sonando pero la negrura me alcanza antes. Imágenes de un tintero de oro con un grabado me llegan: « pídeme un deseo y lo verás por escrito pero tod o tiene un precio » Y recuerdo ese deseo ferviente de inspiración. Al instante, una luz me