Libre para sentir




Foto: Josephine Cardin

Por fin se siente libre para sentir, sin miedo o vergüenza a mostrar. 
Ella, que nunca ha sabido expresar lo que siente, que le enseñaron desde pequeña que la sensibilidad  es debilidad.

Aún recuerda, cuando tan sólo con seis años, tuvo que estar ingresada en un hospital, meses, sola, sin la compañía de sus padres, ya que trabajaban y cuidaban del resto de sus hermanos. Pero lo más duro, no era la soledad del ingreso, si no el reencuentro con la figura materna, cuando ésta le reprochaba su debilidad por pedirle que se quedara a su lado a lágrimas vivas. 

"¿ No entendía que no podía ser?, ¿ Tenía que explicarle otra vez los problemas que tenía ?"

Y ella acababa entendiendo, como entendía que a su manera la quería, era su madre, el problema tal vez era ella. Nunca fue lo suficiente lista, dura y valiente.

Siempre había sido temerosa en la vida, intentaba que no lo notaran y lo conseguía. Había trabajado años en su aspecto silencioso, de paso en la vida sin ser percibida. Así era más fácil que no vieran sus miedos, esconderlos.

Ese miedo, esa inseguridad, había marcado de alguna manera cada una de las facetas de su vida.

En el trabajo la había limitado a ser siempre dependiente de los demás, no ser capaz de emprender algo por sí misma.

En el amor, la había doblegado a su marido, que a pesar de tener bondades, en la búsqueda de su opuesto, había encontrado una figura fuerte pero insensible a sus miedos y sentimientos. Acentuando su sensación de ineptitud.

Con sus hijos, que la llenaron de amor y suplieron otras carencias, también sintió que nunca fue lo suficiente buena para ellos, como si en otra madre hubieran encontrado una mejor opción.

Y ahora que su pelo ya blanquea, frente a la oscura muerte, ya no tiene miedo y llora, como una niña de nuevo. Liberada, como si su pecho tuviera alas que se baten al vuelo. Capaz de verse en los ojos de su nuevo siniestro amigo, tal y como es, de quererse a sí misma, sin importarle pensamiento ajeno, pues la huesuda mano que se extiende ante ella es conocedora de su interior, queriéndola a pesar de él.

Y por fin entiende que la muerte es la liberación de los pesares de la vida, que no hay que temerle. Siendo la última puerta del camino que da contestación al mayor interrogante de la vida, con la libertad que da el no temer la respuesta. Y es entonces, cuando siente de nuevo el batir de alas en su pecho que acaban dando paso al oscuro sueño.

Reto de  GINEBRA BLONDE a través de su blog VARIETÉS

Comentarios

  1. A veces, según nos acercamos a ese tramo final que nos abre los ojos ante la naturalidad de la vida y la muerte, es cuando perdemos los prejuicios y los miedos; cuando nos damos cuenta de la importancia sencilla de la vida y, muchas veces, de lo equivocados que estuvimos reprimiendo esas alas que, por esencia, necesitan volar…

    Quiero darte las gracias por unirte a los retos, y hacerlo con un texto tan hermoso como significativo.

    Un verdadero placer, Lulita.
    A final de mes, te añadiré en el Blog de autores donde publicaré el texto.
    Los enlaces los encontrarás en:

    https://paraisodeletras-blogueros.blogspot.com/

    https://lovelybloggers-alwais.blogspot.com/

    ¡Abrazo grande! 💙

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    1. Mil gracias Ginebra por una bienvenida tan cálida. Un abrazo igual de grande!

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  2. La muerte puede interpretarse como un momento de liberación de todo lo terrenal y mundano. Acabar por fin con el sufrimiento, el sentimiento de sacrificio, de búsqueda y multitud de decepciones que nos trae la vida en muchas ocasiones. Lástima que para verlo todo tan claro y sentirnos libres tengamos que esperar hasta el final ¿no? Pero, ¿porqué esperar tanto? ¿Será que no tenemos tiempo para pensar en ello o nos da miedo? Tremendo el tema y muy bonito el desarrollo! Me ha encantado Lulita! Un besote, amiga!

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    1. Gracias mi Marifelita, me alegra siempre leer las palabras de mi fiel lectora y amiga. Un beso

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  3. Hola, Lulita: ¡Cómo pesan los mandatos familiares y que sòla, se ha sentido de niña, no es extraño que se volviera insegura, con miedos. Sin embargo, con el pasar de los años, con la madurez, fue sintiéndose mejor cada vez, más segura, más ella. Una vida de aprendizaje y crecimiento. Un abrazo.

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  4. Hola Myriam, gracias por leerlo. En efecto, la infancia marca y con la vida aprendemos, aunque la mayor sabiduría se obtenga al final de la misma. Un abrazo

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  5. La costumbre es muy fuerte. A todo se acostumbra uno. Hasta a la propia forma de ser. Nunca sabremos si habrá sido por ña infancia y la estancia hospitalaria. Sea ono culpa de la madre, hay culos maternos que necesitan una patada. También filiales pero aquí no viene a cuento.
    Y los otros hermanos, qué tal salieron?
    La muerte sólo es aceptable por cansancio.
    Abrazoo , lulita

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    1. Hola Gabiliante, está claro que somos en parte por nuestras circunstancias y los que nos rodean, del azar en gran medida, pero aunque la muerte no sea deseable, para los que nos quedamos con la tristeza de los que se van, prefiero consolarme con la idea de que tal vez, sintieran alas que se batieron en vuelo. Abrazo!

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  6. ¡Hola Lulita! Como llegan a definir nuestra madurez los traumas de la infancia. En tu relato lo expresas genial y nos haces sentir la inseguridad que arrastra el personaje que has creado. Por eso es tan importante el cariño en la infancia y el enseñar a los niños a expresar sus emociones para que de adultos sean capaces de identificarlas y controlarlas.

    Por cierto, he comenzado a seguirte hace unos días a raíz del tintero. Pensaba que ya había hecho ese paso con todos los participantes cuando comencé a participar en los retos pero se ve que se me pasó por completo y le estoy poniendo remedio ahora.
    Sería un verdadero placer que me siguieras también: https://cala-rocio.blogspot.com/
    Un saludo!!!

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